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BIENVENIDO DE ARBElZA muy pronto rebosante de niños ávidos de estudiar no sólo las asignaturas profanas sino también la religión, educando de ese modo su corazón al par que su inteligencia. El total de niños enrolados durante el último año escolar de 1941- 1942 era de 600 3 • Cuando en 1939 fue elegido el P. Florencio Custodio de la Misión, ocupó su puesto en Singalong el P. Raimundo de Labiano, quien, poseyendo bastante bien el tagalog y el in– glés y grandemente entusiasta de la enseñanza catequística y la belleza y solemnidad del culto católico, perfeccionó la organización de la escuela, puso conferencias espirituales de pedagogía y cultura para el profesorado y, por otra parte, adecentó y hermoseó la iglesia y convento, ganándose pron– to las simpatías de sus feligreses. En 1930 fue destinado a Singalong como coadjutor el P. Santiago de Ibiricu, procedente de Guám, quien, poseedor 3. Durante los ocho años que estuvo de párroco de Singalong, bauti– zó el P. Florencio más de 10.000 niños, solemnizó 1.500 casamientos, in– dicando esto muy a las claras la vitalidad y progreso de dicha Parroquia. Luego de la batalla de Manila, después de haber sido bárbaramente asesinados r:or los japoneses los PP. Raimundo de Labiano, Santiago de .ibiricu y Pacífico de Villatuerta (febrero 1945) fue nombrado párroco de Singalong el P. Jacinto de Arandigoyen (marzo 1945). Le acompañé algunos días en el convento donde no había ni mesas, ni, camas, ni va– jilla; además el convento estaba destrozado y medio quemado; desde luego dormíamos en el santo suelo. El día de la toma de posesión, como estaba la iglesia llena de refugiados, (hospital de la Cruz Rojal había mucho ruido y aiboroto. Luego de la consagración (decía la misa el P. Jacinto) tuve que ir al coro, oues un hombre estaba partiendo leña, armando el consiguiente ruido con los golpes del hacha. Allí vivieron varios cientos de familias durante casi tres meses. El P. Jacinto, en medio de aquella desolación, comenzó resueltamente el trabajo de reconstruc– ción en lo material y en lo espiritual, eficazmente ayudado por el P. Rogelio de Bedoña. En 1947 reedificó la escue'a católir.a, que fue bendecida por el M. R. P. Ricardo de Lizaso, Provincial de Navarra, de visita entonces en Filipinas. 240

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