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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS personas acomodadas de Manila, organizando festivales, hu– chas domiciliarias, etc., etc.; por eso, con mucha razón, llama la gente de Singalong a esta iglesia "nuestra iglesia", pues de la gente han salido los gastos de construcción y adorno. Esta iglesia, situada en una de las zonas más pobladas de Manila, con servicio eficiente y puntual, ha contribuído grandemente a quitar cientos y miles de adeptos al aylipa– yamsmo. Patronato de enfermos. Otra de las cosas que, podemos decir, dio un golpe mor– tal al aglipayanismo, fue el Patronato de enfermos estable– cido ya en tiempo del P. Félix de Igúzquiza por el ilustre caballero vasco, D. Manuel de Inchausti. Obras son amo– res, dice el refrán, y no buenas razones. Este es el fin del Patronato: obras, muchas obras de caridad, no sólo para los católicos, sino aún para los aglipayanos, protestantes o personas sin religión; obras de caridad para todos los ne– cesitados. Dice el Reglamento: "Esta institución tendrá por objeto la atención y cuidado espiritual de los enfermos, prin– cipalmente en lo espiritual; y en lo material, de los pobres que tengan necesidad". "Teniendo en cuenta, continúa el Reglamento, la gran– dísima miseria en que viven muchas gentes, pasando gran– des penalidades, para luego morir completamente desprovis– tas de toda ayuda material y desamparadas de los recursos espirituales, se ha ideado crear un Patronato de enfermos, cuya misión será prestar la asistencia material y espiritual necesaria a estas gentes". Se inauguró dicho Patronato el día IO de febrero de 1929, víspera de Ntra. Sra. de Lourdes, poniéndosele como título 237

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