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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS orden de nuestro Rmo. P. Provincial de salir de Barcelona el día arriba indicado, Dominica Tercera de Cuaresma, y siendo como las seis de la tarde, nos despedimos de nuestros Hermanos Religiosos que todos nos seguían con el corazón, ya que con el cuerpo no se les concedía; y dejando a León, salimos en el tren en dirección a Barcelona, a donde llegamos el día treinta por la noche, después de habemos reunido por el camino con otros misioneros de los elegidos., . "Pasamos la noche en Barcelona, y a la mañana siguien– te treinta y uno de Marzo pasamos a nuestro convento de Arenys de Mar, donde se reunieron todos los elegidos para la misión. ABRIL r. Reunidos pues en nuestro convento de Arenys de Mar, nuestro Rmo. P. Provincial, MM. Rdos. PP. Defi– nidores y los misioneros con la comunidad del convento, se hizo una preciosa despedida. "A medio día nos dirigimos a la estación del ferrocarril acompañados del venerable clero, del pueblo que, precedido con la Cruz procesional y cantando las Letanías de los San– tos, formó una rogativa tierna y conmovedora. "El pueblo de Arenys quedó conmovido. Casi todos es– taban en la estación, hasta que se movió el tren y nos per– dimos de vista entre mil voces de despedida 5 • "Llegamos al muelle de Barcelona a las tres y media de la tarde; y, al poco rato, nos trasladamos al "Isla de Panay" que nos había de conducir a Manila. "A las cuatro de la tarde se levantaron las anclas. "El día 8 fue la entrada en Port-Said. 5. Durante el viajé, el Rvdmo. P. Llevaneras, que lo~ acompañó hasta el puerto, entonó el Magnificat y otros cánticos y alabanzas a la Virgen. 'l'odo lo cual nos da una idea del entusiasmo y temple misional" de aque– llos Capuchinos, primeros evangelizadores de Carolinas. 23
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