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BIENVENIDO DE ARBEIZA El 3 de octubre del mismo año salieron el P. Martín de Mendata y Fr. Dámaso, que hasta entonces habían residido en la Parroquia de la Ermita. El P. Cirilo de Artavia, a pesar de haber recibido la Obediencia, siguió en la misión, previo permiso especial del Rmo. P. General, debido al escaso número de misioneros; finalmente el rg de marzo de rgrz se embarcó también para España, siendo el último rnísionero del Distrito, y terminan– do así el éxodo de los antiguos misioneros de Filipinas. Por qué se dejó la capellanía de Tabaco. Después de la salida del P. Juan de Ansoain, siguió el P. Eusebio encargado de la Capellanía, acompañado del Hno. Martín de Auza; como todos los misioneros estaban pidiendo la vuelta a la Provincia. eso mismo tuvieron que hacer los residentes en Tabaco. El P. Eusebio deseando, sin duda, caso de seguir la Or– den con aquella Capellanía, estar algún tiempo con el que le iba a sustituir, a fin de ponerle al corriente de muchas cosas, respecto a las cargas de capellanía, los compromisos con algunas familias, el estudio de la lengua, etc., escribió oportunamente al P. Superior P. Pedro de Saló preguntán– dole, sencilla y llanamente, si debía seguir allí, si iba alguno a sustituirle, cuál era, en fin, su intención respecto a aque– lla Capellanía, etc. Mons. Barlín, el gran amigo de los Capuchinos, había muerto ya y con su muerte podemos decir que murió tam- pañía Trasatlántica. pidiéndole como favor especial una rebaja del cin– cuenta por ciento en los pasajes de diez o doce religiosos, que durante ese año deberían volver a la Península. Petición que fue favorablemente concedida. 214
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