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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS dos los misioneros. Fueron bien. acogidas sus palabras, y los hechos probaron después su sinceridad. Por qué Za tardanza de los PP. Catalanes. No faltará quien se extrañe de la tardanza de la Pro– vincia de Cataluña en enviar personal a la Misión de Filipi– nas. En efecto, el Decreto de traspaso de la misión se había dado el 13 de agosto de 1907, y, después de dos años y medio, desembarcaron los primeros PP. Catalanes. A juzgar por algunas cartas del M. R. P. Miguel de Esplugas, Pro– vincial de Cataluña, la razón principal parece haber sido la falta de personal. En efecto, en una atenta comunicación fechada el 21 de septiembre y dirigida al M. R. P. Daniel de Arbácegui dice : "El nuevo Superior ira a esa con otros dos PP. y un Hno. Es posible que le acompañe yo mismo o por lo menos un Padre Definidor. Entonces tendré ocasión de indicarle cuál ha sido nuestro plan al hacer estos nom– bramientos; pero de todas maneras no me creo dispensado de decirle algo ahora por escrito. "Lo primero que tengo que decirle ... es que toda la Pro– vincia de Cataluña y yo particularmente, no sé cómo agra– decer a V. C. y a todos estos celosos y buenísimos Padres y Hermanos el favor inmenso que nos han hecho, trabajando en esta Misión, encomendada a nuestra Provincia en momen– tos difíciles en que era imposible mandar personal para sus– tituir al existente; y que, aún dado caso que pudiésemos mandar personal idóneo, no era prudente el hacerlo de re– pente por quebranto de crédito y las grandes expensas ... "En segundo lugar debo manifestarle que, el nombrar Superior y mandar personal nuevo, bajo ningún concepto significa menor estima de V. C. y demás religiosos; ni que directa o indirectamente quiera esto decir que los religiosos 211

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