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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS go en Roma, interesado como nadie en que todo se arre– glara en santa paz y armonía, escribió al Superior de l\fa– nila": "La Provincia de Cataluña es hoy por hoy la que está a mayor altura de todas las provincias de España, por– que cuenta con hombres de probada virtud y de talento. No extrañe que anden despacio, porque así lo aconsejan las circunstancias 2 • Y añadía : "Estoy plenamente convencido de que ese afán de marcharse de ahí, donde les ha mandado Dios, con manifiesta infracción de la santa pobreza y de la caridad... , es un castigo del cielo. Porque prevengo a V. R. que ni remotamente lo han de pasar mejor que en Filipinas en ninguna parte. Además, el que no está bien en un sitio, tam– poco lo estará en otro. La enfermedad no es de la cama, sino del enfermo". Con mucha razón en el Decreto de ane– xión de Filipinas a la Provincia de Cataluña había escrito el P. General: "Encomendamos a todos ser siempre obedientes a las órdenes de los Superiores Mayores, de mantener buenas relaciones con la Provincia de Cataluña ... y de trabajar. .. con celo apostólico y con espíritu de Capuchinos" 3 • El Superior de Manila, siguiendo las normas del General y los consejos del P. Llevaneras, hizo cuanto estaba en su poder para mantener la paz y sosiego entre los misioneros, y la más perfecta armonía con el M. R. P. Esplugas, Provin– cial entonces de Cataluña. El ensanche de la capilla de Lourdes. Recordemos que la primera capilla de Lourdes fue inau– gurada el mes de mayo de 1892, siendo Superior el P. Ber- 2. Carta al lVI. R. P. Daniel de Arbáceguí, 14 de sep. 1908. 3. Decreto cit. de 21 de agosto de 1907. 205

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