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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS los conventos de España y los lugares apartados de misiones con su espíritu netamente francíscano, dando en todas par– tes el ciento por uno, hermanos que muchos recuerdan hoy con cariño mezclado de veneración. Sin embargo, ya desde el principio existía en las casas de España y aún de misiones, cierta prevención contra los religiosos de Lecároz ; y a tanto debió llegar esta campaña (dirigida al parecer por los ultra observantes) que motivó una Ordenación del ilustre Cardenal Vives, cuando el año 1893 fue enviado a España como visitador General. Dice así: ... "A todos los religiosos de dicho convento de Lecároz y a los demás, manifestamos autorizada y oficialmente que en dicho Colegio, con el mérito de la santa Obediencia, pue– de santificarse y ganar muchos méritos para el cielo cual– quíer religioso de toda edad y condición, como en el más riguroso noviciado y en la más humilde residencia. "Todo cambio y modo de ser del mismo Colegio Será– fico, contrario o diferente al existente, exige la previa apro– bación nuestra o de nuestro Rmo. P. General. Esta decla– ración que, para tranquilidad de conciencia de todos los religiosos, añadimos a la preceaente Tabla de Familias, será leída públicamente en todos nuestros conventos de esta Provincia". Dado en nuestro convento de Fuenterrabía a los 13 de enero de 1893. Fr. José Calasanz de Llevaneras Visit. General. Algo más tarde se erigió el Noviciado por Decreto de ia S. C. de Prop. Fide el 29 de septiembre de 1896. Desde esta fecha el noviciado de Lecároz donde, según frase del P. Llevaneras, no se miraba bien al candidato, que no qui– siera ser misionero, quedó convertido en verdadero plantel de sacerdotes y hermanos entusiastas de las misiones ... y cuenta que ese ideal, según su enérgico Superior, consistía, para que fuese bueno, en vivir y trabajar y morir en la Misión. El P. Llevaneras no era partidario de formar mi- 193

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