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CAPITULO XVI El visitador de Rvdmo. P. General, 1906. Deseoso el Rvdmo. P. General de informarse detallada– mente sobre el estado material y espiritual de la misión de Filipinas, nombró visitador Delegado al M. R. P. Daniel de Arbácegui, Superior a la sazón de las Carolinas Occidentales con residencia en Yap. · Recibida la comunicación del P. General, se puso inme– diatamente en camino para Filipinas acompañado de Fr. Jo– sé de Irañeta, llegando a Manila el 31 de julio de 1906 a bor– do del vapor "Sheridan". La llegada del visitador fue muy del agrado de todos los religiosos sin excepción, pues debido al "status canonicus" especial de la misión y de las circunstancias políticas, había bastantes problemas de difícil solución. Tenga también en cuenta el lector que, a causa del fracaso de varios proyectos de fundac:ón, había algunos Padres jó– venes en Intramuros esperando destino que no acababa de llegar. Por otra parte el Padre Superior, con facultades li– mitadas, apenas tenía libertad para tomar ciertas medidas y resoluciones, que podrían haber resuelto, al menos tem– poralmente, aquel estado de cosas. De ahí que el cronista de la misión escribiera: "la venida del visitador agradó a todos 176