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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS Vino pronto la respuesta, aconsejándole obrara de la manera más conveniente según las circunstancias, y de acuerdo con el P. Superior de Capuchinos. Entre tanto pa– sci.ba el tiempo, y los frailes seguían en Sariaya. Vino por fin la amenaza del Gobernador de apelar al Secretario de Estado en Washington, y el Sr. Delegado dio por fin orden al Sr. Obispo de hacer salir a los fraiies. Este dio su Decreto ya citado, y poco después, el Visitador de Capuchinos mandó la obediencia a sus religiosos, para abandonar la parroquia, volviendo éstos a Manila a principios de diciembre del año 1906. Conclusión "El Delegado obró como sagaz y perfecto diplomático; su conducta que evitó toda rozadura o rompimiento con la autoridad civil, resuelta a salir con la suya, no merece ningún reproche" 20 • me parroci, Governatore puo esigere non siano mandati. Stop. Ora Go– vernatore, basato detto compromesso, domandami rimozione Capuccini parrochia particolare, causa opposizione popolo. Stop. Chiedo sollecite istruzioni. .. Agius...". Respuesta Mons. Agius, Delegado Apostólico... Manila. "Telegramma indicato da V. S. l. riferivasi dispaccio numero del 8 Aprile-1903, secando cuí Delegato poteva far tornare religiosi dove po– polazione non fosse loro ostile. Se ora trattasi di Capuccini parroci, veda V. S. l. accordarsi con loro Superiore per agire di accordo nella mi– gliore maniera possibile... Cardinale Merry del Val. ..". Véase Archivo de la Delegación Ap. Manila, Sec. Dipl. 20. P. Pedro de Rentería, Apuntes cit., pág. 2. 175

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