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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS señor Ide, en vísperas de abandonar el gobierno de las Islas, quiso dejar contento al pueblo de Sariaya, y para zanjar la cuestión, antes de salir para América, mandó una nueva ins– tancia al Representante de S. S. "exigiendo la pronta e in– mediata remoción de dichos religiosos". Fue el golpe mortal. El señor Delegado en r8 de septiem– bre escribió una carta oficial al Señor Obispo Barlín "Orde– nándole en virtitd de las facultades que tenía como Delegado de S. S. en estas Islas quitara a los PP. Capuchinos de Sa– riaya por razones que podía tan sólo manifestar a sus supe– riores" 14 • El nuevo Gobernador General. lVIal veía las cosas el P. Alfonso y, temiendo de un día a otro el triste desenlace, por agotar los últimos remedios y precauciones, acudió al nuevo Gobernador General america– no Señor Smith, católico, suplicándole encarecidamente tu– vlera un poco de benevolencia para la Orden y dejara pasar el asunto, esperando que el tiempo lo arreglaría todo. Casi a vuelta de correo contestó el Gobernador... "El asunto fue terminado y resuelto por mi antecesor (Ide) des– pués de una conferencia con S. E. el Delegado Papal. Usted comprenderá que sería altamente impropio para mí dejar a un lado la decísión tomada por el anterior Gobernador Ge– neral en tales circunstancias" 15 • 14. Arch. de la Misión, Secc. doc. 15. Carta del Gobernador General, James Smith: " ...Your letter of the twentieth of September was received by me yesterday. An exami– nation of the records discloses that the matter submitted by you to me for decision, was finally dispbsed of by my predecessor after a conferen– ce with His Excellency, the Papal Delegate. You understand, of course, it would be highly improper for me to set aside the decision reached hy the former Governor General under such circunstances". Corresp. de Sariaya 171

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