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BIENVENIDO DE ARBEIZA la grata noticia ae su promoción al Episcopado de Nueva– Cáceres. Indescriptible fue la alegría del clero filipino y de todos los filipinos en general por dicho nombramiento. Se hicie– ron con mucho entusiasmo los preparativos para la solemne consagración y se escogió la Iglesia de PP. Dominicos como escena de tan memorable acontecimiento. El Nuevo Obispo, que se hospedaba con los Capuchinos, edificó a todos con su humildad y conducta altamente sacerdotales, mientras se preparaba para la consagración, que tuvo lugar el día 29 de junio de 1906, festividad de S. Pedro y S. Pablo. El numeroso público saludó con viva emoción al Obispo de Nueva-Cáceres, escogido por la Sede Apostólica para ocupar la sede vacante de dicha diócesis. Mons. Jorge Bar– lín fue consagrado Obispo después de un paréntesis de mu– chísimos años (1789-1906) en que no había sido consagrado ningún clérigo filipino, y al mismo tiempo fue el continuador de ese grupo de Obispos del país, que con su vida y obras han demostrado a todos su aptitud indiscutible para llevar a cabo la triple incumbencia episcopal de enseñar, gobernar y santificar: docere, regere et sanctificare ... 156