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BIENVENIDO DE ARBEIZA pado. El P. l\forentin, recordando el gran afecto que allí profesaba la gente a los Capuchinos, pues allí habían estado viviendo por algún tiempo los primeros Capuchinos que llegaron a Filipinas en 1886, aceptó inmediatamente el com– promiso, empezando a servir aquella capilla el 3 de enero de 1905. Hizo la entrada el P. Román de Vera, el cual comunicó al pueblo cuáles eran nuestros propósitos y los del Sr. Ar– zobispo, al inaugurar aquel servicio religioso. Pronto apareció un partido de oposición, amenazando ocultamente con castigos y represalias a los que acudían a la capilla. Y a tanto llegó el miedo de la gente, que hubo domingos en que quedaba casi completamente desierta la capilla. Se puso en conocimiento de la policía lo que pasaba; el capi– tán Crame tomó las medidas necesarias y pronto se fue nor– malizando la asistencia a los servicios religiosos 6 • Después de algún tiempo quedó encargado de Gagalañ– guín el P. Blas de Guernica, quien, con su trato amable y condescendiente, se hizo dueño de la situación, siendo cada vez mayor la concurrencia de la gente, entusiasmada con las pláticas sencillas pero prácticas e instructivas del P. Ca– puchino. Misionando por los pueblos. Deseando Mons. Barlín preparar a la gente de los pue– blos para la visita pastoral ya próxima, pidió a los PP. 6. Escribe el P. Román en sus apuntes: "Al cuarto domingo nos avisaron que habían clavado la puerta de la iglesia. Yo fui allí con Fr. Martín de Auza, el cual tuvo que subir por el tejado, para abrir la puerta. Vino la gente y no pasó nada''. 148

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