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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS debió sentirse ,consolado, preparando inmediatamente su carta-información al Rmo. P. Llevaneras para disipar, si– quiera en pa.rte, sus negros pensamientos. Toma de posesión. El día ro de enero de 1905 se recibió la escritura de ce– sión de la capellanía de "Panal", a la Iglesia de Nueva-Cá– ceres, e inmediatamente, siguiendo con toda puntualidad lo convenido de antemano, Mons. Barlín hizo el ofrecimiento oficial a la Orden de Capuchinos. Nadie sospechaba tal cosa; y de haberse sabido esta hábil maniobra, los federales y clé– rigos antifrailes y antiespañoles, habrían tratado de estorbar la realización de este proyecto. Como la capellanía llevaba consigo cargas perpetuas, no se atrevió el P. Morentin a proceder inmediatamente y pidió por telegrama el parecer del P. Llevaneras. Pasó er mes de enero y terminaba ya el mes de febrero, sin recibirse la esperada contestación. Entretanto, el P. Barlín estaba impaciente, pues la do– nante urgía con insistencia el cumplimiento de las cargas de capellanía, y siendo un asunto tan delicado, y corriendo peligro de ser descubierta la hábil maniobra, dando quizá lugar a que la donante retirara su compromiso, todo era apurar al P. Morentin, para adoptar pronto una posición definitiva. En vista de lo apurado de las circunstancias, puso un nuevo telegrama al Rmo. P. Llevaneras, e inmediatamente llegó la contestación. "procédase"; y sin pérdida de tiempo se procedió a la toma de posesión 4 • 4. Con fecha 8 de abril escribió el P. Llevaneras al Superior de Manila, habíándole de la audiencia que tuvo con el Rvdmo. P. General, 137