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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS acción dónde acomodar a todos. Y su inquietud e impacien– cia fueron extremas al recibir una carta del Rmo. P. Lle– vaneras, en la cual supo vaciar todas las amarguras de su corazón, amontonando quejas y q21,asi-reprensiones que, ha– blando sinceramente, creemos exageradas. El P. Morentin, queriendo hacer presión en el P. Barlín, para que resolviera lo antes posible la cuestión de Tabaco, decidió copiar parte de la famosa carta y mandársela. Dicho y hecho. D~ce así: "Voy a tener una confianza más, para que se haga cargo de mi situación. Mire Vd. lo que me dice el P. Joaquín con fecha 22 de octubre ; tiene todos los visos de una reprensión : "Yo no sé qué hace V. C. ahí con tanta gente en la flor de la vida y en condiciones las más propicias para toda empresa apostólica. Y, a decir verdad, no puede menos de preocu– parme que después de tantos proyectos, de tanto cariño y ofrecimiento del Ilmo. Sr. Arzobispo ... hoy por una cosa y mañana por otra, no resultó nada de lo esperado. Siquijor, S. Juan de Bolboc, Sorsogón y otros proyectos, al pensar !an bien preparados y con tantas ventajas, sin realizarse. Ya puede comprender que esa paralización no puede ser tran– quilizadora para mi, teniendo ahí una colección de jóvenes en la flor de la vida, cuando todo debía ser movimiento, actividad y sacrificio; no puede agradarme esa paralización, porque no agrada a Dios, y porque es echarlos a perder. "Por consiguiente, es preciso no contentarse con pala– bras; es necesario actuar y poner pronto y con urgencia en de Mendata con los Hnos. Fr. Alejo de Muruastrain, Gabriel de Lizarza, Faustino de Lieres, y Juan Miguel de Berroeta. Algo antes, el 28 de abril de 1903 vinieron los PP. Cirilo de Artavfo., Francisco de Santibáñez, Esteban de Eriete y el Hno. Fray Dámaso de Biurrun. Cfr. Crónica, pág. 105. Según un apunte del P. Juan M.ª de Ansoain, había por este tiempo en la casa central 17 Padres... y varios Hermanos. 135
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