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BIENVENIDO DE ARBEIZA dos por el pánico general de la población y pensando que en caso de necesidad, nadie vendría a defenderlos, dado lo crítico de las circunstancias, decidieron consultar con el P. Superior, yendo a este efecto el P. Blas a Lucena, donde puso este telegrama: "Bolboc peligro ladrones. Mariano, Gabriel esperan órdenes, urge contestación". Muy contrariado debió sentirse el P. Morentin; y no queriendo tomar una decisión definitiva, sin hablar antes con el Sr. Arzobispo, entonces ausente de Manila, respon– dio: "Hoy tarde llega Sr. Arzobispo. Contestaré mañana. Si no es posible esperar doce horas, obren como aconsejen circunstancias". Y en efecto al día siguiente con el beneplácito y en nom– bre del Sr. Arzobispo llamó a los tres religiosos. La salida no causó extrañeza, atendidas las críticas circunstancias por las que atravesaba la población y la Provincia de Batangas. Llegaron a Manila el día II de febrero de 1905, fiesta de la Virgen de Lourdes. Una vez pasado el peligro, quiso de nuevo el Sr. Arzo– bispo que volvieran a ocupar la parroquia vacante, y el que se encargó de terminar con aquel asunto no fue el Superior, sino el P. Mariano, quien con buenas formas supo conven– cer al Arzobispo de lo contrario, desistiendo de una vez y para siempre de su empeño 9 • Surigao, 1905. Dice la crónica de la m1s10n : "El día 27 de febrero de 1905 se presentó el P. Superior de Benedictinos que venía de parte y en nombre del Sr. Delegado (también Benedicti- 9. El P. Morentin escribió al Sr. Arzobispo: "Si llegara a sucederles algún mal, no se yo qué respondería a mis Superiores que me tienen 130
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