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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS más del casco del pueblo, tenían que atender a más de 30 visitas o agregados 6 • No conocían a nadie; y como la lengua de la población era el tagalog, se hacía más difícil entrar en tratos y con– versación con la gente. Felizmente se presentó un buen amigo, por nombre Mariano Canaon, el cual fue como el ángel tutelar de los mis~oneros, estando siempre a su lado, defendiéndoles, acompañándoles y suministrando lo que ne– cesitaban con larga mano y cristiano corazón. Los Padres se presentaron en el pueblo, diciendo que no iban allí para establecerse definitivamente, sino sólo y úni– camente para atender a las necesidades espirituales, mien– tras el Arzobispo no mandase un párroco filipino. Y con esta buena política nadie se alborotó contra los nuevos mi– sioneros, los cuales empezaron a ejercer el ministerio pa– rroquial en sus múltiples aspectos, de catequésis, adminis– tración de sacramentos, visita de enfermos, etc. 7 • Al principio, según era costumbre, traían todos los en– fermos a la iglesia, donae recibían los sacramentos y auxi– lios espirituales ; pero viendo los Padres que esto suponía un gran sacrificio y molestia, en primer lugar para el enfer– mo, y también para los que los traían, hicieron correr la no– ticia de que ellos irían a sus casas. Y desde entonces, a cualquier hora del día o de la noche los llamaban, teniendo que ir hasta los últimos barrios por caminos embarrados y desiguales, y otras veces, sin camino, 6. La razón de esta mala división de Bolboc era el haber estado an– tes el pueblo en la playa, y por ser lugar malsano y expuesto a fiebres malignas, se trasladó gran parte de él al sitio donde está acbalmente. 7. El 10 de agosto recibieron carta del P. Alfonso animándoles a se– guir adelante, diciéndoles entre otras cosas: "Los principios siempre sue– len ser difíciles, pero no nos hemos de desanimar... mirando lo que eso es al presente, sino a lo que será probablemente". 125

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