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BIENVENIDO DE ARBEIZA de cariño y afecto que han recibido de V. E. y que, están grabadas en nuestros corazones y jamás las olvidaremos. "Mas en cuanto a quedarnos con la isla de Siquijor y sus parroquias, yo le declaro a V. E. sinceramente, que si nos hubiera sido conveniente tomarla, no habría hecho en nos– otros ningún peso en contrario la oposición de los munici– pios, ni de gobernadores; que los apostóles no pidieron per– miso a los Césares para predicar el Evangelio. pero he de manifestar a V. E. con toda franqueza, que no nos conviene de modo alguno tomar aquella isla. "Primero. Por falta absoluta de comunicaciones. Es mi queja contra Mons. D. Pablo Singson, que parece haber querido engañarme, al decirme que todas las semanas o por lo menos dos veces al mes iban vaporcitos de Cebú a aque– lla isla. siendo así que, según manifestaciones de los de esa tierra, no van ni siquiera una vez al año, teniendo que pa– gar una crecida suma, cuando se desea que un vapor haga escala en la isla. "Asimismo me decía el sobredicho Monseñor que de Si– quijar a Dumaguete no había más distancia que de media hora, cuando en realidad, la distancia entre aquéllos es de tres o cuatro horas de travesía dificultosísima y muy peli– grosa por las corrientes del mar 15 • "Es para nosotros de vital interés, para conservar el es– píritu de nuestra Orden y la observancia regular, que esti– mamos más que todas las cosas del mundo, la frecuente co– municación de los superiores con los súbditos, ya personal, 15. Como se ve, el buen Monseñor hablaba de memoria, por no decir con algo de mala intención, deseand'l a toda C'OSta desentenderse de ~a Isla. El P. Morentin obró con mucha prudencia y discreción, al mandar allí los tres religiosos, antes de tomar una solución definitiva. 114
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