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LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS una decisión pronta y, al mismo tiempo, definitiva, escri– biendo al Sr. Obispo de Cebú lo que sigue: Una carta bien escrita. Manila 3 de septiembre de 1904. Iltmo. Sr. D. Thomas Hendrik, Obispo de Cebú. Iltmo. y Rvdmo. Sr.: "Han llegado con toda felicidad a ésta los tres religiosos que mandé con V. E. para ver la isla de Siquijor, e informarme del modo de ser de aquella Isla, con el fin de informar yo también, a mi vez, a nuestro Rvdmo. P. General, sin cuya aprobación y licencia, como decía a V. E. en mi carta del 26, no podíamos tomarla en definitiva. "La razón aparente de la retirada de mis religiosos ha sido la oposición que han mostrado a su permanencia los municipios de allí. Mas para el que está acostumbrado a mirar hasta las cosas más pequeñas, dirigidas por la mano misericordiosa de Dios para bien de sus siervos e hijos pe– queñuelos, no ha sido aquella oposición sino una traza amo– rosa de la Providencia Divina, para impedir nuestra insta– lación en Siquijor y hacer nuestra retirada más llana y hacedera 14 • Yo no puedo menos, Excmo. Sr., de manifestar a V. E. mi más profundo agradecimiento por el interés que ha mos– trado hacia nosotros y por la bondad con que ha tratado a mis religiosos. Ellos no se cansan de ponderar las pruebas 14. El P. Morentin, con mucha política, dice que la oposición de los municipios fue la razón aparente de la retirada; pero en realidad de verdad esa fue la principal. Ya en diversas ocasiones le había aconse– jado, o mejor mandado, el Rmo. P. Llevaneras que procurase en todas las fundaciones mirar muy mucho por la seguridad personal de los reli– giosos, Y Siquijor, en tales circunstancias, era un lugar algo expuesto y peligroso. 113
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