BCCCAP000000000000000000000186

LOS CAPUCHINOS EN FILIPINAS do; no sé por dónde han sabido que han de venir los Ca– puchinos, y lo cierto, es, que, por tal noticia, se ha levantado un rumor o run-run nada agradable a los oídos piadosos. Entonces escribí al Sr. Delegado, diciéndole que soy de pa– recer, que su venida se aplace para más tarde, hasta que se aplaquen los ánimos, que todavía hierven; la cuestión es empezar, y cuando vean que no hay nada de lo que tonta– mente temen, entonces comenzaremos la campaña; el Sr. Delegado, oyendo mis razones, contesta con fecha 5 del actual diciéndome: "CONCORDE plenamente con V. S. en lo que concierne al Santuario de N. S. de Peña-Francia; lo prudente es esperar tiempo más oportuno y seguro para ha– cer cesión de ella (parroquia) a los RR. PP. Capuchinos". Continúa el P. Barlín : "Esto mismo quisiera yo escribiese V. a nuestro buen Padre Joaquín, a quien le escribí pidiendo religiosos, cre– yendo equivocadamente que no se presentaría dificultad alguna" 1 • Suponemos que esta carta habría disgustado bastante al P. Morentín. Sin embargo a mediados del mes siguiente escribía al P. Daniel de Arbácegui, misionero de Yap, Islas Carolinas: " ...Es probable que antes de no mucho tiempo se nos ceda también el famoso Santuario de Nuestra Seño– ra de Peña-Francia de Nueva Cáceres" 2 • En este estado de expectación pasaron algunos meses, el.guardando siempre un momento de calma, para instalarse en el célebre Santuario. Entretanto, siguiendo las normas canónico-regulares, el Rvdmo. P. Joaquín M.ª de Llevaneras preparó un docu– mento en forma, dirigido al Rvdmo. P. Procurador y Co- l. Carta del P. Barlín, 20 de octubre de 1903. 2. 16 de noviembre de 1903. 103

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz