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-73- nacer. Uno, al que no se lo puso , nació muerto. Este buen amigo, al enterarse de su última enfermedad, voló a Ronda, y asistió a su dichoso tránsito. (1) La condesa del Tajo.- Trató también nuestro Beato con gran afecto a D. " Benigna Tamayo, con– desa del Tajo , con la cual sostuvo frecuente corres– pondenci a hasta su muerte. Son notables las tiernas cartas de afecto que le es cribe, instruyéndola unas veces , corrigiéndola otras , desahogándose con ella, cuando se cree el gran Apóstol castigado por Dios, y diciéndole c¡ue era muy querida de Dios y no tenía nada más que ped ir para que el Señor se lo concedie– se. En la muerte de su hija le escri be unas cartas de pésame, de las más sentidas que salieron de su pluma . (2) Sería no acabar nunca, si hubiéramos de insertar aquí los nombres de cuantos gozaron de la amistad del Siervo de Dios. Cuando se imprima-y Dios quie– ra que sea pronto-su correspondencia completa, podrá apreciarse en toda su magnit;_id la ternura y lealtad de su corazón inmenso, donde todos cabían y encontraban consuelo y sostén en los durísimos tran– ces de la vida. La marquesa de Villasierra .- No podemos re– sistirnos, por citar un ejemplo , a dejar de publicar esta carta incomparable: (1) Se conserva inédita la correspondencia del Beato Diego Jo::;é de Cádiz con D. Ma nuel Benjurnea. Sus .rn cesores, los Sres. Benjumea de Sevilla, han sa– bi do conservar la devoción al Beato Diego y a la Orden Capuchina, de sus progen itores. (2) La correspondencia del Beato Diego con la Excma. Sra. Condesa del Tajo, la conservan los actua– les Condes del Taio, herederos de dicho título, en An– tequera . Como las anteriores, se hall:¡¡ inédita.

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