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- G9 - ingentes prodigios en su casa, de multiplicarí,e des– medidamente, o de no disminuirse las prevenciones que hace en ella por junto para los pobres; de diri– girse a este o aquel sitio, calle o camino, donde se halla algún necesitado que sin su socorro perecería etc. Si en medio de esto se acuerda de: ¿Quién ha sido y es Dios para mí? ¿Quién he sido y soy yo pa– ra Dios? se deshace en lágrimas aun en medio de las gentes. ¡Qué matrimonio tan uno en los modos de pensar! ¡Qué hijos tan arreglados , y qué familia tan buena! Amigo, este es un fiscal para mí, que me llena de confusión. Creo que si usted lo conociera lo amaría de corazón y sería su mayor amigo. Com,idero a usted complacidisimo de resultas de su visita a sus niñas, para los exámenes , cuya rela– ción por el modo de hacerlos, me ha sido de particu– lar satisfacción, porqut> la juzgo utilísima y muy oportuna. Dios premie a usted esa obra de miseri– cordia triplicada, con acrecentársela muchos grados. 1\.\e alegro siga usted con salud y con buenos ánimos: no hay duda que el pan cuotidiano conduce infinito para ello. Yo sigo ahora sin novedad en la salud, a Dios gracias, no obstante la fuerte tarea de pluma del verano y del día. Ya presto saldré, Dios mediante, para algunas Misiones en noviembre y di– ciembre en el arzobispado de Sevilla. De todas suer– tes y en todas las distancias soy de corazón de usted para lo que pueda servirle. Me encomiendo en sus oraciones y ruego a Nues– tro Señor guarde su vida muchos años en su santo amor y gracia. B. L. M. de usted su afmo. C. y siervo en Nues– tro Señor Jesucristo. FR. DIEGO JOSÉ llE CÁDIZ. G