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-Go - La correspondencia entre estos dos siervos de Dios, en gran pa rte se ha perdido, aunque se conser– van algunas cartas y documentos del Beato Piego, dirigidas a la Hermana A11tonia de Jestís Tirado. El P. Eusebio de Sevilla.-Sigue a ellos el Pa– dre Eusebio de Sevilla, su compafiero en sus Misio– nes, su Maestro de novicios y su amigo y confidente . Consérvase la correspondencia del Beato Diego con él, en la que se vé la amistad qu e los unía, aunque manteni endo siempre la distancia entre el novicio y el maestro. Son caracteres opuestos : e l Beat o es to– do dulzura y corazón, y e l P. Eusebio de genio áspe– ro y carácter agrio, que probaron repetidas veces la paciencia de Fr. Diego. Mas, aparte esto, los dos se amaron entrafiablemente y se sirvieron como hermanos. (2) orden para clasificar las visiones imaginarias y ln s ,in– telectuales, y dar a cada una el valor que se merece. Además se da el caso de padecer una obsesión toda la vida, y obrar una serie de milagros, capaces de clescon· certar al más experto en estas materias. Mas para orientar, tanto al que se decida a hacer este estudio, corn0 a los censores del mismo, nos per– mitimos hacer notar que fué probada por místicos, co– mo el P. Cala, el P. Sánc.hez, el V. P. Ruíz, del cual se sigue el proceso de beati!icación y cuya oración fúnebre puede verse entre las obras del Beato Diego, y finalmen– te por éste, como puede comprubnrse en Ja correspon· ciencia con el P . Francisco de Asís González. Todos estos siervos dE- Dios, entendidísimos en estas materias y superi ormente ilustradüs, la sometieron a pruebas muy duras, hasta convencerse de qu e su esp íritu era bueno. En cuanto al juicio que puedan hacer de ella los no católicos, debe despreciarse: Anima/is hamo non per– cipit ca quae su11/ :--piritus Dei. En la vida escrita por el P. Haro. se hace referencia a multitud de dornrnentos, que se debieron perder du– rante la invasión trnncesa. (2) Se conserva la de l Beato Di ego con el P. Euse-