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-57- miento queda fijo con una cierta admiración en Dios, y la voluntad entregada a su amor, sin que el uno ni la otra procedan a otros actos propios de estas po– tencias , de suerte que el entendimiento y la volun– tad queden suspensos en aquel acto de admiración y de amor en que dulcemente se detienen y se paran . 3.ª Si experimenta usted alguna o algunas ve– ces un cierto reposo y suavidad interior, que nace <le lo más íntimo del alma, y tal vez rebosa y se de– rrama por los sentidos y potencias corporales, y esto se origina de estar el alma junto a Dios y de sentir su divina presencia: de lo que resulta al alma una -grande paz y un deleite muy suave, con una humil – dad profunda y un gran conocimiento de su nada. En caso de experimentar usted esto, diga los efectos que de ello le resultan. 4." Si experimentando usted el reposo y la sua· vidad ya dicha, experimenta alguna vez un amor de– leitable, tan suave y tan gozoso que le hace morir con la voluntad a todas las cosas del mundo, y, sa· cándola como fuera de sí, la ha ce dar en un glorioso desatino (corno es decir palabras santas sin concierto ni conexión unas con otras) ardiendo su corazón en llamas de amor, con el cua l el alma se deshace toda por el Señor, olvidándose enteramente de sí misma y ofreciéndose a hace r cosas grandes por Su Ma– jestad. Cuidado que es preciso responda usted a todo esto, manifestando cuanto tenga que decir en ello, sin reservar cosa alguna, porque son asuntos graví– simos, que deben comunicarse para que nuestro co– mún enemigo no nos engañe. No puedo más. Responda usted cuando pudiese sin darse prisa, y para ello le mando en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo que el dedo malo se mejore y no impida el escribir.

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