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- 52 - vio sin perJu1cw de su alma, que creo es beneficio para librarla de culpas, cargarla de padeceres. ,> (1) D.ª Antonia Herrrera correspondió a esta tierna sol icitud del Beato, sirviéndole en sus enfermedades , asistiéndol o en su muerte y dejando todos sus bienes para la causa de beatificación . Murió s antamente en Ronda en febrero de 182-J.. La Madre Corazón de Jesús. - Desde los prime– ros ai1os de su apostolado trató íntimamente en Mo– rón a los Sres. Marqueses de Taus. Convirtió, a lo que parece que en Ecija, a D.ª Catalina Auñón y Galeo– te, y la dirig ió mientras estuvo en el siglo. Cono– ci endo el Beato que D ios la llamaba al claustro, se lo proporcionó todo para que entrase en un conven– to de Málaga . Mujer de gran sensibilidad, al arran– carse de su familia, le traicionó el corazón , y s e vol– vió en el camino. Temió entonces que el Beato la abandonara; pero éste, que tenía un corazón aun más grande que el suyo , le contestó que e ran cosas de hijos, la repre:~dió y esperó la hora de la Providencia. Entró más tarde en el Convento de C armelitas Cal– zadas de S anta Ana de Se villa y tomó el nombre de Sor Catalina del C orazón de Jesús. Aun no las te– nin todas consigo el Be ato Diego, temiendo que el amor de los suyos la hi ciera volverse al siglo, y le escribe esta mimosa carta , llena de esa ternura ex– quisita , de esa gracia especial suya y franqueza an– dalnza, con que envolvía a un alma cuando la quería llevar a los pies de Cristo. «Málaga 11 septiembre 1778. Madre Sor C ,:ttalina de Jesús, mi amada hija. Corazón de Jesús y mío: Amada hija mía en el Señor: Éste nos dé su gracia para que le sirvamos. (1) Carta de diciembre de 1791.