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- 50G- vores y gracias obtenidos por los fieles, y que a su, vez compruebsn los exvotos colocados en su altar.. Estado de la causa de canonización. -No se· han contentado ni la Iglesia de España, ni la Orden Capuchina con tr&bajar por la Beatificación del Sier• vo de Dios, sino que se han interesado vivísimamen– te por su canonización. A raiz de las fiestc:1s de Beatificación, todos los. Cardenales, Arzobispos y Obispos de España, los Cabildos Catedrales, los Municipios y Corporacio– nes dirigieron letras o cartas Postulatorias a la Sa– grada Congregación de Ritos, pidiendo su pronta canonización. Siguióse la causa, y presentáronse va · ríos hechos, reputados por milagrosos, de los que so· lamente uno fué aprobado. Según nuestras noti cias , la Causa de Canoniza– ción está detenida por falta de un milagro, debida– mente comprobado, para proseguirla. ¿Qué espera el. Señor para hacerlo por mediación del Beato Diego? ¿Hay en ello algún designio providencial? ¿Quiere el Señor que su canonización coincida con el triunfo. completo de Jesucristo en España? Entretanto deber nuestro es pedir continuamente al Señor ese mila– gro, aspirar a su canonización, que será un día de. gloria para España y para nuestra Orden, y hacer que esa gran figura sea amada, venerada y com– prendida por todos los católicos españoles. Justo es consignar que en estos últimos años los. Superiores de la Provincia de Andalucía han dado gran impulso a su devoción y culto; que en el terreno• histórico se suceden unos a otros los trabajos de in– vestigación, y en el literario las composiciones de verdadero mérito, notándose entre nuestra juventud la noble emulación al apostolado, que despierta su. inmortal figura, reflejada en las veladas y academias en nuestros Colegios , y aún fuera de nuestra Orden