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-502- cia del Ayuntamiento y Corporaciones, predicando el M. l. Sr. Magistral, D. José Roca y Ponsa. Como recuerdo de estas fiestas, quedaron en Capuchinos, el altar del Beato Diego, la celda que habitó, convertida en oratorio, en el interior del Convento, con el cuadro de medio punto del gran Apóstol, probablemente de Goya, y en la Catedral de Sevilla, el cuadro del Beato Diego, pintado por Mattoni, que reproducimos al principio de este tomo. Fiestas en Ronda.-Ronda, segunda patria del Beato Diego, era llamada a celebrar en su honor fiestas memorables, lo que no pudo hacer hasta ma- f yo de 1895, a causa de no haber llegado hasta enton– ces el privilegio de rezar el oficio y Misa del Beato Diego, que sólo se había concedido a Sevilla y Cá– diz. Ronda poseía su sepulcro en la Capilla de la Paz, donde el Obispo de Málaga, Sr. Spfnola, había fun– dado un Colegio, a cargo de las Religiosas Esclavas Concepcionistas. Poseía además la casa donde vivió el Beato Diego, y la habitación donde murió, cuida– ,dosamente conservada por su propietaria D. ª Do– Jores Avilés, y que posee hoy su sobrino D. Antonio Avilés. Obtenido el privilegio , el venerable Prelado, D. Marcelo Spínola y Maestre , Obispo de Mála– ;ga, empezó a organizar las fiestas, dirigiendo una Pastoral a sus diocesanos y nombrando una Junta Organizadora en Málaga y otra en Ronda, que invi– taron a varios Prelados españoles (1 ). Uno de los primeros actos de la Junta fué pro– yectar en la Iglesia de la Paz un altar al Beato Die– go, con imagen suya, costeados por la Real Maes- (1) «Boletín Oficial del Obispado de Málaga», año 1894 .

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