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-50 - «Cabra, 7 de noviembre de 17!:J0 . Madre Sor Ge rtrudis : Amadísima hermana mía en -el S efior: Este sea s iempre con nosotros. Amén. A su debido tiempo y con e l mayor aprecio reci– bí la tuya, que me conso ló no poco, por los buenos consejos y arbitrios que das e n ella a tus dos sobrinas por sus respectivos padeceres . Una y otra te dan las debidas gracias, y la de la esque la dice que ya ha -experimentado las misericordi as de Dios que tú le prometes: que cuentes con una fin a apasionada . .. La ot ra pobre (D." Antonia Herre ra) metida siem– pre en las faenas de Marta y e n penosillas enferme dades, te dice lo propio, y yo de nuevo te la enca rgo para que S u Majestad la prese rve ll e toda ofensa s uya y lo demás que te he pedido. Es verda d que t engo más in clinación y menos miedo a asistir a esta : pero creo es mucha parte por compasi ón de verla so la , siempre afa nada , afligida con mi l cosillas domés ticas, arras t rada s iempre por el suelo, si n poder levantar el vuelo, con lo quepa– dece mucho el éln imo y cualquiera penalidad es e n ella extremada , porque Dios así lo quiere . La otra es de espíritu alto , como tú no ignora ;; ; y como :,oy todo tierra, temo en su direcci ón, aun– que me sirve de sa t isfacción su asis ter.c ia , y más ahora que tú me la encargas. ¡Dios me conce da el acierto qu e necesito! Por lo que hace a mi, te agradezco t ambién la ca – ridad con que me trat as , y ojalá pudiese fo rmar el escuadr ón que me aconsejas contra los enemigos ocultos de nuesfr¡¡ Madre la Sa nta Iglesia: pero soy mal hijo, debiendo ser buen soldado. Siempre he de– seado con ansia se r el medio que Dios e ligiese para que la Santa Iglesia recobrase su libertad y su au(o-

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