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- 49 - que fueron para el Beato Diego lo que para Jesús Marta y María. A una y otra profesó gran cariño el Apóstol de Andal ucía . Por asistir a la primera dejó sus Misiones y fué ráp idamente a Ronda . La conside– ró como a una madre. De D.ª Antonia Herrera hizo este hermoso retrato: «Estas dos señoras devuelven a usted, agradecidas, sus expresiones. La menor de quien antes de ahora he hablado a usted , me insta fuertemente a que le permita hacer perpetuo voto de virginidad , que hace anua lmente por direcci ón mía, y para ello me expone razones tan poderosas y efi– caces que me convence. Ea su edad de más de 32 años. El singular candor ele su alma, acompañado de un talento nada común y especial agilidad en el manejo de los negoc ios domésticos, gobierno de la casa, la hacienda , etc., y Dios la preserva detenta– ciones impuras, pues en toda su vida son rarísimas y muy superficiales. Es «perfectamente virgen », según lo que pa ra ser lo dicen los Santos Padres que se necesita , porque no ha perdido con culpa g ra ve la inocencia del Bautismo; y por último asegura que la abundancia de razones se las halla en su interior sin saber cómo, ni de donde vienen. Yo no se lo he conce:ii do, atendiendo a las reglas generales de los autores; pero me parece es algo escrupuloso el ne· gúrselo. » (1) En la correspondencia del Bea to Diego con Sor Mar ia Gertrudis del Corazón de J esús, puede verse la ti erna solicitud del Beato Diego con D. ª Teresa de Rivera y D.ª Antonia Herrera. En tiempos de epidemia le pide con mucho empeño que se interese con Dios para que las preserve. Véase esta carta que nos revela toda la ternura del Apóstol: / (!) Cartas de conciencia, 5 de julio de~~ /
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