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- 48 - ,J.,,\11 1, , , •, sus defectos rarísima vez son otros que responder con alguna di splicencia cuando se ve insultada o en algC111 modo ofendida; su oración y trato con Dios es el que ya ha dicho a usted ella misma; y aunque es verdad que suele tener algunos favores sensibles, conocimientos, etc., también lo e~ que, de resultas lo que sobre esto me ha oído y oye, les ha cobrado miedo, y procura con ardor separarse y atender a lo que la fe nos en5eña o a practicar las vi rtudes que le corresponden. Padece varios accidentes o enfermedades babi· tuales que la molestan mucho: pero los lleva con pa– -ciencia y sin quejarse ni eximirse del trabajo, sino en la extrema . Por último, yo la he probado en di– versos tiempos y puntos, y en todos la he hallado igual, fiel y verdadera religi osa. » (1) Vió en éxtasis entrar al Beato Diego en el cielo el día 2.J. de marzo de 1801, y muri6 : 11 olor de san– \_ tidad el 3 1 de marzo de 1817. (2) La Madre Espíritu Santo. - Es otra de las di– rigidas del Beato Diego, durante su permanencia en el convento de Málaga. Fué religiosa en el mo· nasterio de la Aurora de dicha ciudad, de muy buen espíri tu, alta oración, grandes mortificaciones y pro– bada por Dios con enfermedades y trabajos. Co11- sérvanse algunas cartas dirigidas al Padre Alcober, exponiéndole su interior, en el convento de la Pu· rísima Concepción de Granada. D.ª Teresa de Rivera y D. ª Antonia Herrera. -Gozaron también de la dirección del Beato Diego en Ronda las dos señoras de la casa donde se hospe– daba, D.ª Teresa de Rivera y D. ª Antonia Herrera, ' ...,,_.(!) Cartas de conciencia, 3 de agosto de !Zii4- (2) Cartas de conciencir., í. Ode octub re de 1_2§J.

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