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-493- <lazos; los dones que se le ofrecían eran siempre re– chazados o distribuidos a los pobres, y abominaba del dinero . Finalmente, este varón, tan excelente en el pro– pio desprecio, como en la caridad para con les de– má s, cumpliendo en Ronda su apo;tólico oficio, con– sumido por los trabajos , no por la edad , fué atacado de grave dolencia. Por lo cual, previendo que se acercaba al término de su vida, se puso totalmente en manos de Dios, y ofreció señalados ejemplos de paciencia y demás virtudes. Cercano ya a la muerte, y recibi do como viático el Pan Celestial, con indeci– ble afecto de devoción, arrancó lágrimas a los cir– •cunstantes, al suplicarles con humilde insi stencia le perdonaran. Por último, abrazando repetid '-!, veces una imagen de Cristo Crucificado , de la cual no acertaba a distraer el corazón ni apart ar los ojos, y dirigiéndol e tiernísimos coloquios, descansó plácida– mente en el Serior, en la vigilia de la Anunciación del año 1801 y en el 58 de su edad. Veloz11ente divnlgado por España el fallecimien– to de tan excelso varón, comprendió que , en cambio -del Apóstol que perdía en la tierra, lnllaba en el cielo un valioso protector. Con solemne pompa, hon– -rando los funerales todas las clases de la ciudad , llevado el venerable cuerpo al templ o de Nuestra Señora de la Paz, para que mej or fuera visto del numerosísimo concurso, fué puesto en elevado túmu– lo. Desde entonces , creciendo de día en día la fama de su santidad , y además por ciertos celestiales pro– digios con que se refería haberla Dios confirmado , fué introducida en la Sagrnda Congregación de Ri– tos la Causa de su Beatificación y Canonización, y debidamente comprobados por los instrumentos Or– dinarios y Apostólicos de los procesos cada uno de los testimonios , Nos el día 1 de febrero de 1884,