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- 486 - Es además deber suyo sujetarse a los poderes constituidos; y esto se lo pedimos con tanta mayor razón, en cuanto se encuentra al frente de vuestra nación una reina ilustre, cuya piedad y devoción a la Iglesia habéis podido admirar, y la presencia de algunos de vosotros en estas circunstancias Nos da ocasión de recordarlo. Por estas dotes, siendo a Nos carlsima, le hemos dado públicos testimonios de Nuestro afecto paternal, y el más señalado de todos, haber levantado a la pila bautismal a su augusto Hijo, que fundadamente esperamos ha de heredar, con las altas cualidades de gobierno, la piedad y las virtudes de su madre. Estas son, hijos amadísimos, las paternales adver– tencias que os hacemos, y en vosotros a todo el pue– blo español. A los cuales avisos de Nuestra caridad, como augurio de los favores celestiales, vaya unida la Bendición Apostólica, que a la Reina católica, y a su augusto Hijo, al Episcopado y al Clero, a voso– tros y a toda la nación, concedemos con todo el afee– ro de Nuestro corazón. » (1) En la noche del día 22 de ahril hubo solemnísima velada al Beato Diego en el Colegio Español, a la -cual asistieron los Prelados y los peregrinos espa• ñoles, los cuales emprendieron, terminadas las fies– tas. la vuelta a España. Dios quiso todavía probar– los. El Belluer estuvo a punto de naufragar , reple· to de peregrinos, por haberse corrido a un lado el lastre que llevaba. Dispuestos todos ya a morir, aun se vió la protección del Beato Diego y de Dios nues– tro Señor, permitiéndoles tomar puerto en Cagliari, reparar la a vería y volver llenos de gozo a España. (1l El discurso de Su Santidad y las Pastorales de los Prelados con motivo de las fiestas son un vivo re– trato de la situación de España en aquellos tiempos.

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