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-483- por vosotros, creyente y devota, rinde nuevo y maravilloso homenaje al sepulcro del Príncipe de los Apóstoles y a Pedro, que vive siempre en el Supre– mo Pastor de la Iglesia. Esta solemne manifestación de fe e intima adhe– sión al Vicario de Jesucristo en nuestra persona, que hoy hacéi s ante el mundo, és dignísima corona de tantos festejos con que la piedad activa de los fieles ha querido honrar Nuestro Jubileo Episcopal. Vimos a nuestros amados hijos de las otras naciones acudir también a Nos, y con especial satisfacción acogimos sus sentimientos de sumisión y amor ; pero ninguna de aquellas demostraciones fué tan imponente como esta que hace por medio de vosotros la católica Es– paña, a quien por t anto parece que corresponde la primacía sobre todas las demás. Y esto no debe causar pesar a los otros pueblos católicos; antes, por el filial afecto que todos igualmente tienen al Pontí– fice Romano , también será para ell0s motivo de complacencia y alegría. La historia gloriosa de vuestra patria puede lla– marse con razón un monumento que procl ama e ilus· tra su fe. Inflexible en rechazar la infidelidad maho– metana y las acechanzas de la herejía con heroicos esfuerzos, mantuvo siempre íntegra la unidad de las creencias religiosas y la fiel sumisión a esta Sede Apostólica. España dió en todo tiempo a la Igl esia asombro:,os luminares de santidad, entre lus cmdes resplandecen con nueva y brillante luz los Beatos Juan de Avila y Diego de Cádiz, a quienes hemos decretado poco ha el honor de los altares. Dió ilus– tres fundadores de Ordenes Religiosas, Doctores y maestros insignes, entre los cuales, como astro ma· ycr, campea aquel Isidoro de Sevilla, que con justi– cia fué proclamado Doctor egregio curn reverentia 1zorninandus . Y si otros motivos no hubiese, los

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