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-468- haciendo un examen crítico de sus trabajos. En sus consideraciones críticas describe los elementos esen– ciales de la sangre, y prueba que la reacción Taylor no puede servir en este caso como prueba exclusiva. La presencia de la hematina la revela el hierro; pero donde hay que buscar la esencia de la sangre es en los hematíes o glóbulos rojos, perfectamente conserva– dos. Se dan, pues, los hematíes, pero sin los cristales de hematina. Se ha de decir que, tratándose de san· gre antigua, el examen fundado solamente en la pre– sencia de los cristales de hematina, puede llevar a engaño, toda vez que la sangre tiene todos sus ele• mentos morfológi cos. La ciencia descubrirá el modo de obtene r los cristales de enina en sangre vieja con la facilidad con que se descubren en la nueva. El examen espectroscópico de la sangre vieja, que ha perdido el oxígeno, o la hemoglobina desoxigenada, da un espectro diferente. La segunda observación es la presencia de hierro en cantidad considerable. La presencia de la sangre se revela en la prueba quími · ca por el hierro, en la reacción Taylor, en la física por la prueba espectroscópica; pero es más concluyente y segura la prueba que da el microscopio. Consect1encias científicas.-La incorrupción de los huesos, cuando todos los demás tejidos , la caja y aun el mismo plomo agujerado están deshechos. El peso especifico de los huesos y aun el aspecto de tejidos vivos La conservación de la sangre en sus elementos morfológicos en terreno húmedo . Las células, hema– tíes, etc., se ven en torno y dentro. de los huesos, con núcleos y dobles núcleos, o sea en vias de mul – tiplicación. Se dirá que están secos, momificados. ¡Mayor milagro! Porque la momificación, la sequedad sobre– vendría ¡en terreno húmedo! ¡Maravilla sobre mara-

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