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-467 - propias y características de la sangre: hematíes o glóbulos rojos, leucocitos, o glóbulos blancos, mez– clados con gras a, tierra y cristales calcáreos. Ante este hecho, la Comisión llama al Dr. Lanzi . Reconoce éste la presencia de las células de la sangre y da atestado con juramento. Proceden entonces a sacar el dibujo de las tres placas, que hace Ernesto Bruno, y son reproducidas después en cromolitografía. Dictamen del Dr . Lanzi. -«Puedo deducir - afirma-que la preparación que me ha dado a exami– nar el Dr. A. Murino, demuestra claramente perte · necer a la sangre humana, bastante bien conservada para reconocerse, sin que se pueda dudar de la exis· tencia de los glóbulos sanguíneos. » Hace constar a continuación el Dr. Lanzi, que sabiendc que la sangre examinada fué extraída de un sepulcro subterráneo y húmedo, y que lleva ex· traída 25 años, no puede admitir que sea un hecho natural la conservación de los glóbulos sanguíneos, mientras que por las circunsürncias del tiempo . lugar, humedad han deb ido descomponerse antes que el te– jido leñoso y los otros tejidos que se encuentran en las mismas condiciones. Examen médico-legal del Dr. Mu-rino. - Un milagro nuevo e inaudi to de nuestros tiempos- em– pieza diciendo este sabio-es el que examina la Sa– grada Congregaci ón. En la agiografía cristiana-que él sepa-no se conoce otro igual, por las circunstan– cias que le acompafian y siguen. En 18b7 se exhuma– ron los restos del Siervo de Dios en Ronda, encon– trándose los huesos recubiertos de un ex tracto de adipo-cera y fuertemente manchados en sangre, la cual fu é reconocida por la autoridad eclesiástica y en ella se mojaron muchos pañuelos. No se hizo el examen microscópico. Sigue exponiendo el procedi– miento del Dr. Ratti y de la primera Comisión,

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