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-457- va a hacerse, escribi rse y testificarse apostólicamen– te, deseáramos merecer a todos ellos el que así pre– parasen las suyas, de tal modo que de la común tes• tificación de los ejemplos de nuestro Venerable re– sultase la general corrección de los demás, como al intento parece haber hablado el P. San Ambrosio, cuando dijo: Unius vita omnium sit disciplina. Porque ¿qué cosa podría sernos más perjudicial que el cotejo de nuestros deméritos con el de su probada santid:i d? Parece ha unido el cielo estas circunstan– cias con las calamitosas de tantos males actuales, para que reformemos nuestras costumbres, llenando los deberes de nuestra profesión , y siendo tan edifi– cativos, como lo fué nuestro venerable y virtuoso hermano, el Siervo de Dios, Fr. Diego José de Cádiz. Tudo lo que ordenamos se lea en pública Comu– nidad, dándonos aviso los Prelados de haberlo así verificado. . Dado en nuestro convento de Sevilla, a dos días del mes de octubre de 1819. FR. MARIANO DE SE\'ILL A Definidor General y Ministro Provincial P.M. D. N. M. R. P. PRUV . DEF. GENER,' L FR. JUAN EVANGEI.JSTA DE UTRERA Precl . y Secretnri o de Provincia Apertura del proceso.-EI proceso se abrió si– multáneamente en Sevilla , Málaga y otras ciudades, en tiempos del Cardenal Cienfuegos (1825) y se concluyó en el del Cardenal Tarancón (1858), duran– do todo este tiempo el examen de los testigos y la revisión de sus escritos, que por la gravísima situa– ción política de España e Italia, se encomendó a teó– logos españoles. Fr. Mariano de Sevilla murió en

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