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---115- horas, que empleó en prepararse a bien morir, asis– tido por el Beato Diego, mientras el otro se levantó y fué a verle al convento, (1) Predicciones a los sobrinos del Cardenal Del– gado. - A los sobrinos del Cardenal Delgado y Ve– negas, Arzobispo de Sevilla y después Patriarca de las Indias, profesaba el Beato Diego , desde su prime– ra Misión en Sevilla, gran cariño. Cada vez que se encontraba a uno de ellos, siendo jovencito, D. Juan Acisclo de Vera y Delgado, le besaba las manos; pero cuando éste fué mayor, estando ya ordenado de menores, dudaba si se ordenaría de presbítero . Se resolvió a consultar al Beato Diego, y seguir cie– gamente su dictamen, y, entre otras razones, oyó la siguiente: -«Sr. D. Juan, el que está destinado del cielo para odenar a otros, precisamente debe ordenarse de sacerdote ». El tiempo confirmó esta profecía, pues fué Arzo– bispo Titular de Laodicea y Coadministrador del Cardenal Barbón en Sevilla. Otras predicciones. -A D. Francisco de Sal es Rodríguez de la Bárcena, cura del Colegio de Náuti– ca de S. Telmo, le ~scribió en el sobre el Beato Die– go: «Al Sr. D. Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena, que guarde Dios muchos años ; Prebendado de la Santa Iglesia de Sevilla». Leyó la carta y dióla a leer a varios, y todos creyeron que era una equi– vocación . La carta fué escrita en Ronda el 20 de septiembre de 1776, y a principios de 1801 recibió el nombramiento real para la prebenda. D. Francisco José Villodres, canónigo de la Ca– tedral de Córdoba, dió al Beato la grata noticia de haber sido nombrado su sobrino, D. Diego Navarro (1) Cardenal Vives, pág. 309. P. Luis A. de Sevilla .

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