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- 410- rio estaban las más de las veces los sujetos que ha– bían presenciado los milagros. Tuvo el Beato Diego don de lenguas, en forma de hacerse inteligible a personas de distinta naciona– lidad y lengua, como sucedió en Sevilla con Ft . Ricar– do de Irlanda, en absoluto ignorante del castc.llano; tuvo el de hacerse oir a distancia, como aconteció en Andújar, donde un labriego, que pensaba cometer un crimen , le oyó a una distancia de más de una le– gua y se convirtió; en Granada , cuando en el ser– món del Triunfo fué oído en el puente del Beiro, desde donde es imposible que pueda percibirse con claridad la palabra humana, y, en suma, tuvo en tal grado el don de hacer prodigios, y fueron tantos los que obró, que sin duda alguna puede llamarse el Beato Diego el Taumaturgo del siglo XVIII. (1 ) ( 1) Seria interesantísimo recoger en un estudio aparte el folk -l or e del Bea to D iego, o sea, la seri e de narraciones populares, milagros, hechos que andan en la boca del pueblo, de los cual es hemos recogi do algu– nos, aunque quedan muchísi mos por consignar, y agra– deceríamos a los que hubieran oido algún hecho o tra– dición que nos la r emitieran. Al go de esto se ha hecho en el Romancero del Beato DiegoJ osé de Ccídiz.

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