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-371- asuntos de toda Españ&, en la composición de largos y difícil es pleitos, en los cuales, de no ser un verda– dero sabio , hubiera fracasado . Consérvanse muchos dictámenes suyos, que son monumentos imperecede– ros de su g :oria. particular. Ofrecí hacerlo, y después de pasados algu– nos días y padecido mucho por estos prójimos. me pre– guntó sus resultas, y entonces las que, según me acuer– do y lo fijas que quedaron en mi mente, fuernu haberme manifestado el Señor con luz clara a la mujer teniendo en sus brazos muerto a su marido, sin conocer a uno ni al otro, y a la mujer vestida de hábito de religiosas calzadas, que conocí, y el Convento, pero ocultándose– me el modo con que había de verificarse, como se lo dije al Confesor, añadiéndole que cuando tuvi ese efec– to padecería mucho y yo también; pero que después Dios nos sacaría de todo, y qu e no le faltaría lu z del Señor para responder a la consulta. Apenas acabó de oir la comunicación del Señor, echándose a reir (corno singularmente lo hacia eu se– mejantes vcasiones , en que yo pFtdecia más por la tur– bación en decirla) me responJió que a Dios nada le era imposible, que el tiempo lo diria,y que desde luego daba yo a entender derna ;iado fuego en la representación. Callé, y fui a quejarme con el Sefior, pidiéndole se cumpliese su voluntad en todo, y quedasen socorridos los prójimos por quienes había pedido, y más que yo me hubit-se engañado, que no podía creerlo. Se pasó el tiempo, y en el aiio 8-1 se verificó a la le– tra cuanto el Señor me babia manifestado en todas sus partes: de la muerte del marido en la forma r eferida; la entrada del Convento por un modo raro; los trabajos que se habían padecido; y, estando en lo fu erte de estos, · se volvió a manifestar el Sr ñor, diciéndome: «Maria, ¿si creerá ahora el que te dí fué cie rto lo que te puse a la vista cuando me pedías por ellos? No te acobardes ; continúa ejercitando tu amor a los prójimos, pues te lle dado repetidas pruebas de que me agradas en ell o, co – mo lo has visto por la profesión religiosa que hizo por quien pedi ste, y haciendo que tu confeso r y tü sirvié– seis de instrumento a mi Providencia , con el mérito de lo que por mi amor habéis padeci do)> Vida de la Madre María Gertrudis del Corazón ele Jesús , Cnp. :'11.
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