BCCCAP000000000000000000000178

-369 - grabado durnnte largos a110s en la memoria. Predi-· cando en Granada el maravilloso sermón de S. An– gustín , sucedió citar un texto del santo Doctor. In– trigado un P. Agustino, hizo diligen cias, y ni él ni otros pudieron encontré' rlo. Resolviéronse a pedírse– lo al Siervo de Dios, y éste les contestó: - «En la librería que VV. PP. tienen en el Co– legio de S. Acasio de Sevilla, (!) en tal estante y cajón, está un tomo en cuarto , y en él hallará la au– toridad, que fi elmente alegué » (2) Cuando ten ía entre manos algün tra ba jo, y los Pa– dres se presentaban ayudarle ,- entre ellos el Padre Luis Antonio de Sevilla-solía citarles el estante, tabla, nombre del libro, y, a \'eces, hasta la página con t uda precisión. E:;to en cuanto a la memoria, porque el entendimiento del Beato era de una pers– picacia y agudeza admi rabl es, los que le hacían des– cub rir el punto flaco de una argumentación a prime– ra vista . El estudio , la oración y la práctica lo habían hecho un teólogo, moralista y canonista formidable y temido por sus contrarios. En junta de teólogos de Sevilla, en presencia del Cardenal Delgado, emitió el último su dictamen, y, aunque duro y fuerte, Su Excelencia lo abrazó , convencido de sus sólidas ra– zones. De él le resultaron calumnias, persecuciones y disgustos; pero el efecto fué el que toda Sevi lla hab ía deseado. El mismo Cardenal Delgado, estando ya en Madrid de Patriarca de las Indias, decía a su familiares: «fatos di ctámenes del P. Cádiz los hallo tan fundados y tan claros, que no me atrevo a dejar de seguirlos )>En oposiciones refiidísimas a canonjías de oficio, nombrado entre los jueces por el Sr. Ar- (1) En la calle S. Acasio, entre la calle Sierpes y· Tetuán, donde hoy está la Central de Correos. (2) P. Luis A. de Sevilla, pág. 306

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz