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-317- Te doy millones de enhorabuenas por los progre - sos y frutos deljueves Santo, y las debidas gracias por la memoria que hiciste que hiciesen de éste que con verdad dice: Antfpoda sum Redemptoris. Siento la consternación en que te tienen los asun– tos domésticos, y te obedezco en clamar por su re· medio. Mas ¿y el de mi pobre alma? ¿Cuándo llega– rá? No puedo más. Mil cosas a tus hijos todos. Es tuyo mi corazón; llévatelo a las roturas de la Piedra, Cristo Nuestro Señor, y allí clámale por mí, que de continuo le ruego te guarde muchos años en su san– to amor y gracia. Tu siempre afmo. hermano y siervo en Nuestro Señor Jesucristo , FR. DIEG() JOSÉ DE CÁDIZ. >) La carta al mismo de 14 de mayo de 1799, pinta al vivo sus sentimientos de humildad «Acaba de desengañarte- le dice-y de conocer que verdade– ramente soy un feo borrón de la humana naturaleza, indigno del trato y compafüa de las gentes y sólo acreedor a que me abominen y huyan de mí como de un cuerpo corrompido y apestado. >> (1) Es preciso cerrar este capítulo para no hacernos interminables, y va a ser con sus mismas palabras: «Finalmente, jamás se notaron en este Siervo del Señor la curiosidad, la liviandad, la necia y vana alegría, la jactancia, la singularidad , la arrogancia, la presunción u osadía, el defender sus defectos o disminuirlos, el hacer de ellos una confesión fingida o simulada, la rebelión contra los superiores, la li– bertad ni la costumbre de pecar, que son los actos o (!) Cartas ir.teresantes, etc., del Beato al P. Fran– •cisco de Asís González, pág. 11 6.

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