BCCCAP000000000000000000000178

- 3 11 - para quitarnos de disgustos y ruídos, que se vaya J su convento o donde le parezca, co:no hace siempre, y nos libraremos de un Fr. Mosca. El S ie rvo de D i0s, al oir este imprudentisimo chaparrón y verse ten ido por un Fr. Mosca , sím:1 con que N. P. S. Francisco comparaba al religioso flojo e inútil, no se inmutó, ni desplegó sus lab ios, sino que, hincándos e de rodillas, exclamó: - Sea por amor de Dios. Si todos me conoci e ran como Vuestra Patern idad, 110 estaría tan sobre mí. Y di ci endo Benedícite, que es la fórmul a con que se pide permiso para salir, se levan tó , tomó el Crucifijo y se dispusu a marcharse. El P. Guardián, arrepentido y c0¡¡fuso ell su in– terior, viéndolo con el somb rero de paja y su bácu– lo, en actitud de partirs e, y, no sabiendo como reco– ger velas, le dij o: -Ahora no hay quien le acompaiie. Volviéndose a los demás reli giosos , llorando, les afiadió: -¿Qué otras pruebas queremos para conocer que Fr. Diego es santo? Bendito el Sefior qu e le crió y tan ta gracia le da para nuestro ejemplo. Su Majestad lo conserve para nuestro honor y ense– fianza. Volv ió el Guardián a pedirle perdón , no permitió que dej ase el c01l\'ent o hasta que estu viese restable– cido, lo cuidó con especia l carifio, y, arrepentido del caso, estaba abochornado en su presencia, y solía decir: -«No me atrevo a separa rme de fraile tan hu– milde .» ( 1) Gozo en los desprecios. - Anónimos , cartas in- (1) P. Luis A. de Sevill a. pág. 2G4 .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz