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- 310- alarmó. Escribió al P. Provincial y su Definitorio una humilde súplica, rogándoles que le permitieran no usar los privilegios concedidos. El P. Eusebio no dejó de escribirle con cie rto retintín. Son curiosas las cartas que con este mo– tivo se cruzaron, de las que hemos insertado algunas. En ellas le pide que lo trate como al último y más desaprovechado de sus novicios , y hace recaer el honor delicadamente sobre su Maestro. No contento con esto, compuso la poesía jocosa , que ya inserta– mos en su lugar, la cual leyó a los religiosos en el refectorio. Renuncia tres veces al Obispado.-La heroica humildad del Siervo de Dios resplandece renuncian de a ser Obispo de Ceuta primero, después de Orense y últimamente de Cádiz, y no menos , dentro de la Or– den, cuando por dos veces le quisieron elevar a las Prelacías. Prueba imprudente de un Superior. - Su humil– dad fué probada en el siguiente caso: Hallábase acha– coso en un convento , tanto que hubo de suspender por aigunos mes es sus Misiones. Como el Prel ado notase el empeño de los seglares, que lo veneraban, en visi tarle y enviarle obsequios y regalos para que se rest ableciera, los cuales él no consentía que en– traran en su celda, ni menos usar de ellos sin per– miso, dijo un día delante de algunos religiosos: -Voy a probar si Fray Diego es humilde. Fué a verlo, en ocasión en que estaba bastante triste, y si n más preámbulo, empezó a t ra tarl o de de– licado, quejumbroso, flojo y gravoso a los bienhecho– res, a quienes - añadió -pedirá lo que le envían en descn~dito de la asistencia que tiene en la Religión. «P ara cortar este mal ejemplo- acabó por decirle - mando fo rmalmente a Vuestra Paternidad que nada pida ni reciba de cuanto le env ían ; y lo mejor será ,

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