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- 30S - sermón siguiente rogó a todos los que tuviesen re– tratos o grabados suyos los romp iesen, poniendo en su luga r una estampa de la San tísima Trinidad. (1) En Ecija logró que un íntimo suyo recogiese los ret ratos que vendían los ciegos, y los quemó, con gran indignación, diciendo: - «Ardan los retratos y abrásese su original en el amor de Dios y celo de su gloria y honor ,> (2) Caso de Alcalá de Henares.-Predicando en Alcalü de Henares , notó que un sacerdote y después el Padre Guardián, val iéndose de su cargo o por te– ner este consuelo , le ayudaban la Misa . Los primeros dí as calló, creyendo que no hab ía estudia ntes dispo– nib les; pe ro, viendo que continuaba, acabada la Mi– sa, se fué a la celda del Padre Guardián, el Padre Serafín de Jaén, y, puesto de rodil las, le dijo que él no pod ía consentir esta distinci ón, por ser en nues– tra Orden pri vativa del Rvdrno . P . General. -¿Es posible, P. Guard ián-ai'iadió-que venga yo huyendo ele los indebidos honores que me hacen las gen tes, que me recoja al claustro para en él for– tificarme más y más contra las ocasiones en que me veo de ser un Luzbe l en la soberbia, y que aquí en– cuentre les mismos o mayores pel igros? Pues, Padre, o tal distinción no se vuel ve a hacer conmigo, o sus – pendo la J\'lisión y me voy a do nde me traten como merezco por mi s ingratitudes y culpas . Sentimientos de humildad entre los honores. -Cuando las Unive_rsidades del re ino y los Cabilctos Catedrales y seculares se apresuraron a conferirle los grados y admitirlo en su seno, no es decible lo que sufrió la humildad de nuestro Beato. Las alocu– ciones latinas en que les daba las gracias son mode- (1) P. Luis Antonio de Sevill a, pág. 202 (2) P . Luis A. de Sevi lla, pág. 300.

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