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-277- qt1e me la dilate un afio, estaré contento, con tal que p~eda yo reci birla a sus pies. » Veinte y seis años llevaba otro sin confesar, y, al l evantarse de sus plantas perdonado, no sólo volvió en adelante, sino que confesó que las horas a sus pies le parecían instantes, y siglos los meses que se pé! saban sin oirle. ;> Uno de los actos de su cel e, era el cariiio que to– maba a las almas r ecién convertidas. Él mi:,1110 lo describe así a su Director: «Tampoco quiero ocultar a usted otra cosa que en esto si go; y es que, habien• do leído , si no me engafio , que la gran rn ridad de San Francisco de Sales se v1:1 lía de enmnora r sant a– mente a al g unas criatllras para traerl as a D ios, ~a– cándol as de sus amor es profanos , procuro yo hacer algo de esto , tratando con mucho cariflo a la gente moza, especialmen te muj eres o monjas, cuando las veo engreídas, o en peligro de ello. Es g·rande en– ton ces el ca ri ilo que l es cobro y ma11iiiesto, de suer– te que por aquel ra to me parece ol vido lé!S demás, y ll!ego me iia!lo que si hablo a otra me s11cede lo mis – mo, como olvidando la primera, como si Cida 1111a fue– se sola. Se deshacen mis entrafia s, y l1-1y \'t:CL'S que sm,pecho de mí, si serü esto sens1talidml , sin quitarme este t emor el ve rme li bre de malos d,:seos, nu11que las imágenes SLtelen ir y venir. A t d:1s , !ut'go que las veo movid<ls . sean hombres o mujeres, me parece les da ría mil abrazos Allí públicamen te y ln ria locu – ras con ellas, tanto que ni acierto adarles pe:iitencias, ni a clej,irl,1s ir. De aquel carifio o trntn r1 fabilísimo c0n la gente moz ,1 tengo para mí que H cu n:; :.is cria – tu ras me he inclinado nsí les ha dado D i',;; LllJ J;jo me – nos deseos de ser lmenos . Con la gent e rnsu,!:1y con todos me sucede otro tanto. Si ten~o q1e en!nendar , estoy pronto. Iie hecho y ha;::;o mi l prcpós iluc' , y en llegando 11 ocasirín los quebran to. Sól<J t::n el amor i:)