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-235- «Es la fe, la substancia, el principio y fundamento de la perfección , y no ménos de la gracia y de la gloria ». (1) Es la primera virtud que se nos infunde, necesaria con necesidad de medio y de precepto, sin la cual es imposible agradar a Dios. S e puede con– siderar-según el mismo Beato-como vi rtud y como don del Espíritu Santo. Como virtud es con respecto a las verdades que deben creerse o con relación a los preceptos que deben observarse; como don es una gracia, con la cual se reciben altísimos conoci– mi entos y se obran grandes milagros. El ejercicio de esta virtud PStá en el corazón y en los labios : en aquel para creer los misterios de la religión, y en estos para confesarlos. Carde enim creditur ad justitiam, ore autem confesio fit ad salutem. (2) Según estos principios del S iervo de Dios, exa– minemos ahora su fe. Gloriábase el Beato Diego y daba gracias a Dios de su vocación a la fe; sentía y lloraba la ceguedad de los infieles, herejes e incré– dulos de su siglo. (3) No hubo tentación alguna que le hiciera titubear en la fe, (4) y sabiendo que el pri– mer deber del creyente es instruirse en los misterios de ella, estudió incans ablemente hasta donde alcan– za la intel igencia humana en el conocimiento de lo sobrenatural , y oró con humildad profunda para ob– tener de Dios ilustración superior de las verdades reveladas . Fe en los misterios .-Conteniéndose el depósi– to de la revelación en la Sagrada Escritura , Santos (1) Beato Diego. Sermón fúneb re de Fr. Santiago Melgar, pág. 58. (2) Rom. X.-10. (3) Beato Diego. Oración fúnebre de Fr. Santiago Melgar, pág. 59. (-!) Beato Diego . Oración fúnebre de Fr. Santiago Melgar, pág . 59.

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