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- 216 - - Sanlúcar, gran misionero y &utor de varias letrillc1s en su honor; el P. Domingo de Benaocaz, Obispo de Ceuta, paño de lágrimas de los refugiados espa• ñoles en la Guerra de la Independencia; el P. Ca– rrión, Obispo 0 de Puerto Rico; el inmortal Fr. Ma– riano de Sevilla; el P. Evangelista de Utrera; el Pa– dre Félix, inolvidable Ob ispo de Cádiz; el V. Fr. Jo– sé de Burgos , a lo que parece, mártir de la fe cató– lica, que trasladó la devoción de la Divina Pastora a Mesopotamia, clavando su estandarte sobre el em– plazamiento de las tiendas de los antiguos patriar· cas, cuyas esposas en el Antiguo Testamento la fi– guraron ; los PP. Carrogio y Mijares, que mantuvie– ron el culto en Sevilla a la Divina Pastora en el triste y largo período de la exclaustración: generación lu– cidísima toda ella, que supo conservar el fuego sa· grado en los días de la cautividad y g ua rdar el es– tandarte del Beato Diego para entregarlo a los res– tauradores de la Orden en España. La devoción a la D. Pastora en nuestros tiem– pos. -No hemos de escribir la historia de la devoción en nuestros días. Esta devoción es hoy inseparable de los Capuchinos españoles; se ha propagado a Francia e Italia y por toda América; cuenta con va– rios Institutos religiosos, congregados bajo su nom - bre; ha tenido apóstoles en nuestros días, como el V. P. Esteban de Adoáin, el Emmo. Cardenal Vives, el M. R.:¡F. Ambrosio de Valencina. El 22 de mayo de 1921 ha sido coronada la Divina Pastora de Ca· puchinos de Sevilla, por el Ilmo. señor Obispo A. de Córdoba (Argentina), celebrándose solemnísimas fiestas, certamen literario y Asamblea de la Tercera Orden, que dejarán imperecedero recuerdo entre los Capuchinos, realizándose así los.deseos del V. P. Isidoro de Sevilla. El 24 de mayo de 1925, al cum– plirse las Bodas de oro de la Congrega ción de Reli-

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