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- 214 - mieran en tierra . 3. 0 Que en la festividad hiciera de hebdomadario el Prelado, cantándose los maitines con solemnidad , la Misa solemne y con sermón, y se diese extraordinario en el refectorio a los religiosos, con– siderándose este día como perpetuamente privile– giado . El M. R. P. Provincial prometió escribir a Roma para obtener indulgencias. (1) El Beato Diego ha sido llamado con razón el se– gundo fundador de esta devoción bellísima . Desde entonces tomaron g randísimo incremento los cultos a la Divina Pastora, las procesiones y la devoción mis– ma, renovándose los días del P. Isidoro. Penetró en las iglesias capuchinas esa nota de luz, de encanto y poesía, que ofrece el aprisco de la Divina Pastora y tan agradablemente contrasta con su austeridad. La liturgia, la elocuencia, el arte, la poesía y el entu– siasmo de las muchedumbres rivalizaron en tejerle una corona, cada vez más gloriosa. Formaban el núcleo principal de propagandistas y apóstoles de esta devoción el P. Provincial, Fr. Jeró– nimo de Cabra, autor de la Oratio ad Plum VI para la aprobación del título de Divina Pastora; el P. Bau– tista de Cabra, que le sucedió en el Provincia lato, autor del decreto antes citado; el P. Eusebio de Se– villa, Maestro y compañero del Beato; el P. Pablo de Granada, uno de los oradores que alternaron con él en la novena y a quien el Siervo de Dios curó con un milagro; el P. Vigueras y el P. Miguel de Otu– ra; el V. P. Snlvador Joaquín de Sevilla, de la pri– mera nobleza sevillana, a quien el Beato Diego qui- (1) Crón ica del Convento de Capuchinos de Sevi– lla, por Fr. Angel de León.- Libro de decretos de la Provi ncia. - Archivo Provincial. El decreto consta de 8 puntos, que extractamos, en gracia de brevedad. En él expresa el P. Provincial que lo expide a instancias del P. Diego J. de Cádiz.

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