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-190- Rosarios y haciendo de cada uno de e~tos una ma– nifestac ión de fe y de piedad mariana. El V. P. Isidoro de Sevilla.-Este venerable religioso, perteneciente a la ilustre familia de los Medina y Vicentelo de Leca (los Medina Garvey de hoy) fué aún más esclarecido por su espíritu y celo apostólico y por su heroica devoción a la Santísima Virgen. En uno de los Rosarios, tal vez en la no· che de la Asunción, que había resultado un triunfo, por la inmensa muchedumbre que acudió, nació la devoción de la Divina Pastora. Es tradición constan– te que la Virgen Santísima se le apareció y le inspi– ró darla a conocer en dicho traje al mundo. A lama– ñana siguiente fué a buscar a su hermano, para ob– tener su cooperación, y desde allí se dirigió al pintor Miguel Alonso Tovar, discípulo de Murillo, al que encargó, primero el boceto, (1) y después el lienzo de la Divina Pastora. (2) Orígenes de la devoción.-Con este hermoso estandarte se dirigió el 8 de septiembre de 1703, seguido del Rosario y de inmensa muchedumbre, a la Alameda de Hércules, donde, bajo los seculares álamos, predicó el primer sermón de la Divina Pas– tora . Sevilla acogió con cariño esta devoción, y, ere• ciendo el fervor c¡,da día, procedió el V. P. Isidoro a fundar la Hermandad de la Divina Pastora, prime– ro en S. Gil y después en Santa Marina, para lo cual escribió la Regla primitiva. Trasladóse la Herman– dad en 1705 a la nueva capilla, que cedieron los mar– queses de Motilla en Santa Marina, donde se esta– bleció solemnemente el 23 de septiembre de este año, (1) Se conserva en preciosa urna de talla dorada en el altar de la Divina Pastora de Sevilla. (2) Este estandarte primitivo se guarcta en forma , de cuadro en el Archivo de Santa Marina de Sevilla.

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