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-171 - donde, aunque conocida en Sevilla desde los tiempos del Arzobispo D. Jaime Palafox, en 1698, estaba muy poco extendida. Consiguió establecerla en Cá– diz, Málaga, Jerez, Ecija, Carmona, Osuna, Estepa y en otras varias capitales. En Sevilla, a ruegos del Beato Diego, fundó el Arzobispo Marcos y Lla– nes, gran amigo suyo, la Real Hermandad de Luz y Vela, incorporada con la de Madrid en 1792. Ordinariamente predicaba para erigir el Jubileo Cir– cular un triduo, y este quedaba establecido. Hoy pa– recería esto fácil; pero entonces se necesi taba ven– cer grandísimas dificultades , entablar largos y eno– josos expedienteos y sufrir no pocos disgustos, aun poseyendo la inmensa influencia del Siervo de Dios. Todo lo sufrió con gusto, por extender el Jubileo Circular, del que puede decirse que fué el fundador y el apóstol entre nosotros. Merced a ~u celo el Ju– bileo estuvo muy floreciente en Sevilla, J erez, Cá– diz y Mál aga, donde lo puso a insuperable altura . (1) Pidió y obtuvo de Su Santidad Pío VI, por me– diaci ón de su protector y amigo el Cardenal Delga– do, un breve para que los obreros que vo lvían del trabajo ya anochecido pudieran ganarlo. La Hora santa.- Esta devoción, que tanto se ha popularizado en nuestros tiempos, en todas las naciones, tuvo en el Beato Diego José de Cádiz su (1) Fué e l Beato Diego amigo y confidente del ve– nera bl e sacerdote D. José Saez de Santa Maria, mar– qués de Valde-lñigo y fundador de la San ta Cueva en Cadiz, dedicada a la adoración del S antísimo Sacra– men to. Tanto artística c •mo históri camente es cé lebre esta Santa Cueva. El Sagrario y Tabernáculo de plata es grandioso; cinco pinturas de Goya representan es– cer.as eucarísticás, y los ternos y alhajas suponen una ri queza fabulosa. El culto del S. Cora zón de jesús y de Maria se une a llí a l culto eucarístico y ta mbié n al del Buen Pastor.

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