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- 158- Di vi no Verbo y la expirac1on activa del Espíritu Santo, con la fund amental razón, oculta a los teólo– gos, del por qué aquella se denominó generación y espiración estotra. Le fu eron manifi estas las divinas rel aciones, origen y dependencia de ellas. Deseó, pidió y consi g ui ó ver la cara del Set'ior, cuando a un Moisés sóle, se le pe rmite verle por la espalda . Vió y entendió las comunicaciones ad intra y las opera– ciones ad extra . En este caos insondable de divinos arcanos vió ... ¿Pero a dónde voy? ¿Estoy yo hablan– do de la gloria esenc ial que hoy ya goza como com– prensor este varón bienaventurado? ¿Me he olvidado de que hablo de él cuando era viador y peregrino en mort al ca rn e? No por ci erto. Hablo de un justo en su agigant ada peifección, a quien Dios, espej o volun– tari o, pudo reYelarl e, como a un Santo pecador , cuan– do le ar re bató hasta el tercer cielo, etc., o como a un Ezequiel viviendo sobre la tierra , o como al ama– do Evangelista, ll evándolo en espíritu a su corte bienaven tur ada. ¡Qué portento ! \'er este Siervo del Señor al Dios de los dioses en Sió11, aque l que en . otro tiempo ocultó de los moradores el cielo, de la tierra y del abismo el conoc imiento y aun Ia vista de aquel misterioso li bro que cerrado y sell ado tenía en su di vina diestra! ¡Pásmese el mundo, confúndanse los sabios y ala bemos los juicios del muy Alto, in– comprensible en ell os y en sus ob ras admirable! » (1) Póngase, en donde dice Beato Longobardo, Bea– to Diego J osé de Cádiz, y no nos equ ivocaremos seguramente. Recuérdese la tan debatida cuestión sobre si es posi bl e en estado de via dor ver a Dios, y pregúntese también si a nuestro Fr. Di ego le fu é con– cedido cuanto él afirma del Beato Longoba rdo. Así (1) S ermón pan eg írico, etc., de l Beato Ni colás de Longobardis. -Sevilla !Sli\ pág. 18.

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